Foto: GG
Santiago Espel | Photo Carné
Removieron en la basura hasta dar con el ángel de los desquiciados. Lo levantaron de una oreja, le sacaron dos muelas de oro y le pintaron la calva de rojo. Le quemaron la frente con una moneda de ceniza y lo abandonaron en el patio. Bajo la parra poblada de uva chinche, bajo el sol ardiente, un grupo de herejes se entretuvo en el abuso y redactó los principios del reglamento interno. Antes de irse, tras el chorro de vinagre, le arrancaron los pocos canutos que le quedaban en las alas.
Santiago Espel (Buenos Aires, 1960), Photo Carné (crónica de una distorsión expresiva). La Carta de Oliver. Buenos Aires. 2018.
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