Jorge Aulicino | El río
Cambios de piel
¿Cómo te sonaba en verano en Ciudadela
provincia de Buenos Aires
la palabra dialéctica
en la voz de tu padre
y cribada por el aire caliente
bajo árboles llamados paraísos y plátanos?
Te arrancabas con placer cáscaras de sangre
de una pequeña herida, con la uña.
¿Hacían grato el calor las hojas del paraíso?
Admonición del maestro
Mira esa imagen del hombre, hijo,
piensa cuánto le cuesta armar esa cara,
arrojar con el pulgar el birrete de papel,
sosegar el ladrillo. Si piensas
en su ansia de conquista
insondable y negra
como el abismo donde Alejandro soñaba,
y en sus manos tan prestas a empuñar
la lanza o la cuchara
tan listo el brazo a levantarse
para ordenar la carga
de doscientos ejércitos o para
tirar a un lado la ropa,
si piensas en el ansia que no ves, entenderás
que el hombre ha hecho esta mañana
y lo hará mañana, un esfuerzo titánico.
Respétalo. Ten presente
que sería capaz de colgarte en un desierto.
Jorge Aulicino (Buenos Aires, 1949), El río. Barnacle. Buenos Aires. 2019.
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