ese tiempo, cuando tu cuerpo era
una tempestad espléndida de proezas fabulosas,
no pude resistir la tentación de mirar el universo
con ojos de árbol y nube: me colma
la embriaguez de esos días demorados.
yo, diosa en trance, persisto
implorando pan y socorro
Tú, a lo lejos, eres la parte más sombría de mi fe.
Alfredo Luna, La mirada sonora, Ed. La palabra mágica. 2008
hola Griselda. me gusta tu trabajo en poesía, leí una vez que cayó en mis manos, La ruta de las arañas y me gustó mucho. te dejo saludos desde el otro lado de la cordilerra.
ResponderBorraralejandra
dejo el lind a mi blog de poesía. abzs.
ResponderBorrarhttp://www.piedradelsol.blogspot.com