Mary Oliver | El fuego




Mary Oliver | El fuego




Aquel invierno parecía que la ciudad

estaba siempre incendiándose 
— noche tras noche

ardían las llamas, sonaban las sirenas.

Chamuscados pero vivos, los vagabundos corrían

aullando por las calles heladas.

Aquel invierno mi mente había dado un vuelco,

dejando caer, como hojas, capas y capas de información 


hasta alcanzar, a través de la historia,

mi corazón inmóvil.

En aquel tiempo, ya estaba lista, pero tenía miedo.

Es decir, quería vivir mi vida

pero no hacer lo que debía hacer

para seguir, es decir: volver atrás.

Todo el invierno el fuego siguió ardiendo,

el humo se arremolinaba, las llamas crecían.

Empecé a maldecir, a tropezar, a ahogarme.

Todo, solemnemente, me conducía a eso 


al llanto, que siempre es tan difícil.

Después, sobre mi cabeza flotaba el techo al rojo vivo

mis pies eran pantuflas de fuego, mi voz

se golpeaba contra la verdad, mis puños

contra las llamas para encontrar la salida 

terrible, triste, mortal y tolerable

la puerta se abrió para siempre mientras yo ardía.



Mary Oliver (Maple Heights, Ohio, 1935- Hobe Sound, Florida, 2019), El trabajo del sueño. Traducción: Natalia Leiderman y Patricio Foglia. Ediciones Caleta Olivia. Buenos Aires. 2021.

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