Foto: PZ
Diana Bellessi | El mazo
En el viejo café Cervantes sobre la plaza
la sombra luminosa de mi padre me acompaña
siempre he querido a este boliche sombrío
donde los parroquianos varones juegan al mazo
español o miran la televisión silenciosos
y me dan permiso, Dios mío, de fumar adentro!
aquí veníamos con el papá a tomar café
y a él, no le daba vergüenza traer a su hija mujer
la ruta al frente y la vieja estación de tren
con la plaza al lado, ya suben las voces de estos
machos y quisiera atrapar cada gesto o frase
que se repite desde mi infancia a mi vejez
ahora que ya se han olvidado de mi presencia
con las cartas en la mesa y uno lee le diario
dos toman cerveza o miran un documental
sobre Tailandia y el mozo del bar y yo
la octava pasajera con un noveno sentado
atrás que ahora entra al café de la plaza, el más
antiguo que conozco y siempre milagrosamente
abierto, hay un tipo ahora en el reservadito
tomando vino, y mujeres nunca, qué entretenida
la rutina de los varones que ahora comparto
con mi cuaderno de notas mientras el noveno
se acerca a jugar una básica y hablan de una víbora
no sé si será de Tailandia o de Zavalla
pero todo tiene un sabor de aventura antigua
que me dan ganas de reír y de llorar al mismo
tiempo y ahí entra el barbero y Barrera detrás
que se sienta en mi mesa mientras recuerda,
octogenario ya, al Chevalier y a su mujer
Hilda, amiga de mi mamá, encantador ese
Barrera, y otro, al que le reconozco la cara
aunque no sé cómo se llama y me dice “acá
se sentaba siempre tu papá, en esta silla,
frente a vos”, lo recuerdo, sí, mirando hacia la plaza…
ustedes me trajeron, ¿verdad viejitos?, y el dueño
del bar que me ofrece ahora una copita que no
me dejará pagar, tan grande y hondo, no sé
Diana Bellessi (Zavalla, Santa Fe, 1946), Fuerte como la muerte es el amor. Adriana Hidalgo. Buenos Aires. 2018.
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