para Blanca Gaete
contaba la Panchita
que allú
cuando vino por fin la topadora
se asomaron perros y vecinas
para tocar con ojos propios
ese río negro de lisura que borraría para siempre
pedregullo de tierrales y crecientes
y los aguaceros
repletos de rama y bicherío
festejaron las comadres
escondiendo sus delantales de tizne
y velaron cada día de la semana
del mes
otra quincena
y acercaron jarras de chicha morada
algunos panes sobados de mujer
a los peones a los jefes a los capataces
la palabra cuadrilla entró por las bocas
de las más alegres
y salió por el oído de las hortensias
que florecieron justo para la noche del festejo
y algunas
nueve meses tarde
el macadán propiamente dicho
acarició por fin la pata yuta de los pasantes
corrieron una y otra vez
a lo largo y ancho de su alegría
tanto tiempo deseando que ocurriera
esto de andarse
sin abrojos
sin que mediara tropiezo o trastabillo
para largo les dieron los festejos
y de largo pasaron algunos mareaditos
aunque corta sea siempre la alegría
Y esas locas rajantes hervidas navidades
los más creyentes y devotos
amanecieron gritando de banquina a banquina
oiga don Comué
feliz vialidad feliz vialidad carajo
y ya no hubo cantos rodados
ni sapitos cantores
solo la topadora quieta
muerta
al costado
del Camino Real
Jorge Paolantonio (Catamarca, 1947).
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