Foto tomada de aquí
Ella tenía un pelo digno del tango
"Sur", estrofa primera, tercer verso.
Tenía también una sonrisa digna
de un poema aún no escrito.
Una noche, por razones que no vienen
ahora al caso, me abrazó.
Yo le pedí que me besara.
Ella me besó. Pocas mujeres
son capaces de dar a un hombre,
simple y sencillamente, lo que éste les pide.
Fue un beso intenso, largo,
iluminado. Fue en la mejilla.
Pero eso no es lo importante
de este poema. Ella esa noche terminó,
según entiendo, en la pieza con otro hombre,
totalmente vestida, con los zapatos
aferrados a su mano derecha
a la altura de su vientre, y así durmió
hasta la mitad de la mañana.
Eduardo D´Anna (Rosario, 1948), Historia moral, Editorial Ciudad Gótica, 2004.
Muy buen poema. Tiene una lectura fresca, directa y sugerente.
ResponderBorrarUn saludo.
Guau, qué polenta, parece que dice poco y dice much´simo.
ResponderBorrargriselda,qué alegría encontrarlo a d'anna aquí,usted cada vez antologa mejor...abrazos...gratitudes
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