Foto tomada de aquí
Estuvimos solas toda la vida
dejando nuestras siluetas marcadas en las noches
como el susurro de la espuma sobre la arena.
Los cien días
los mil días de detenerse de pronto como morir.
Un tiempo de muerte en blanco
pedaleando en el borde de un abismo.
Toda la vida solas
amamantando a un fantasma.
Lo que seguía:
dejar que la carne se asiente solapada
dentro de una casa parecida a un aljibe
con una cuerda como puerta para escapar,
o quedarse para siempre
flotando como aves dormidas sobre el desierto.
Daniela Bogado, Las despedidas de Amanda, Ediciones Botella al Mar, Buenos Aires, 2000.
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