Foto: Marilina Calos
Horacio Fiebelkorn | Cuando llega la muerta
Cuando llega la muerta
el aire es una venda que me tapa la boca.
Todo se vuelve morado, el mínimo ruido
repite su señal y se fija en el centro: más fría
es la pared que toco, más floja
es la sangre.
"Azafrán, un kilo de harina,
almidón Colman, y no te olvides
del dulce de membrillo", dice, con su voz
de encierro. Cuando llega
corro en busca de un crimen
que justifique esta condena.
Cuando llega la muerta el viento
trae hacia mí a todos los suicidas, y soy
un hijo del cero, la mitad de un labio,
la pregunta.
Horacio Fiebelkorn (La Plata, 1958), Elegías. Ediciones al Margen. La Plata. 2009
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