Aixa Rava | Como las demás
Reclinada por el respaldo
asegura que se siente bien —se asegura
se pregunta, se contesta,
comprueba el orden.
De repente le vienen ganas de levantarse
de andar como si reconociera su levedad
y atenta al vuelo la cerveza helada y burbujeante
que se tomó frente al fuego
mientras le preguntaba si esas eran las uvas
que incluso maduras se veían verdes.
Se levanta, entonces, con el cuerpo
las tetas sueltas bajo la remera de Woodstock.
Camina hasta el borde del cemento
y roza
la punta de los dedos en la mesa
de patas verdes y mantel con girasoles.
Descubre al sapo en el cantero,
bajo la pala de jardín, y su salto
hacia el fondo del banco.
Él la ve perderse entre las espalderas,
la sigue vacilante pero con ganas
encuentra
la cabeza de ella en el piso
sus piernas al cielo.
Los ojos del pibe nuevo
tan cerca
la mano abanicándole el rostro.
Un paseo por la chacra
dice cuando vuelve y suena
por lo bajo
un a mí también me pasó cuando fumaba,
Pero no, sabe que no es por eso,
que creció rápido como el sapo
y nunca pudo dominar
los tacos
ni pintarse los ojos de un trazo
como las demás.
Aixa Rava (Tierra del Fuego, 1982), La luz no se corta como el papel. Ediciones Con doble zeta. Neuquén. 2016.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario