Foto: Sara Facio
el adolescente entró al locutorio
al sentarse frente a la computadora alzó sus brazos
para sacarse el buzo que arrastró la remera enrollada
vi el vientre plano y moreno:
un triángulo de vello negro crecía
desde la base del ombligo hacia el pecho.
pensé en una mano pequeña recorriéndolo
pensé en la radiante vibración de esa piel
la carne desnuda grita -perentoria-
su fragilidad,
pero el adolescente ignoró por igual
su indefensión
y mi mirada.
Graciela Perosio (Buenos Aires, 1950), Sin andarivel. Ediciones Del Copista. Córdoba. 2009.
Interesante, una mirada distinta.
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Abrazo ♥