José Ángel Valente | La triste premeditación de lo ensayado...



José Ángel Valente | La triste premeditación de lo ensayado...


La triste premeditación de lo ensayado desustanció lo escrito. Hubo fuego en su vida, suponemos, fue por él al cabo consumido. Pero en los versos quiso ser elegante y despiadado, sin advertir que a veces navegaba entre el aire ramplón y el soplo cursi. Adiós, amigo de pocas veces y escasas convergencias. La mala visibilidad del día y de la hora, la caída del año, el fin del tiempo, la impermeabilidad pugnaz de los mediocres ya no permitirán que nos veamos.


José Ángel Valente (Orense, 1929 - Ginebra, 2000), No amanece el cantor. Tusquets. Barcelona. 1992.


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