La intención de este trabajo es plantear que el
relato de Jorge Luis Borges “Emma Zunz” (El Aleph, 1948) no se adecua
estrictamente a la estructura del género policial clásico ni al policial negro,
si no que contiene elementos de esas dos vertientes.
“Emma
Zunz”, relato de Jorge Luis Borges incluido en El Aleph, relata la
venganza de la joven Emma Zunz contra su jefe y dueño de una fábrica de
tejidos, Aarón Loewenthal, culpable del encarcelamiento y suicidio de su padre.
Emma recibe una carta que anuncia la muerte de su padre y planea matar a
Loewenthal, ya que su padre le había asegurado que era el responsable de su
situación. Para cubrir sus huellas Emma destruye cierta evidencia (la carta
recibida) y crea otra: tiene relaciones sexuales con un marinero. Esto le
servirá para que luego pueda comprobarse su versión del hecho: mató a
Loewenthal porque había abusado de ella.
En
una primera lectura resulta llamativo que sea una mujer quien lleva adelante la
acción y que además protagonice una de las pocas escenas sexuales presentes en
la obra borgeana, si no la única.
En
“Emma Zunz” Borges predica con el ejemplo y se ajusta a las seis instancias
que, según afirma, debe poseer la estructura del policial: límite discrecional
de seis personajes, declaración de todos los términos del problema, avara
economía en los medios, primacía del cómo sobre el quién,
el pudor de la muerte, necesidad y maravilla en la solución.
[1]. En este relato de estilo realista y
verosímil, el asesinato, que debería estar oculto, está explícito. Por eso
podríamos afirmar que subvierte la estructura del policial clásico.
Es el precursor Edgar Allan Poe en “Los crímenes de
la calle Morgue” (1841) quien configura las bases del modelo de la estructura
policial. Según su planteo, la organización del policial clásico se compone de
al menos tres personajes clave: el investigador, el policía y
el delincuente.[2]. Por
lo general, el delincuente o asesino es alguien de quien no se sospecha en
absoluto. En el policial clásico el investigador lleva a cabo su pesquisa “sin
ensuciarse las manos”, desde su escritorio y apelando casi exclusivamente a su
intelecto. En
el policial negro, en cambio, el investigador toma un rol activo, saliendo de
la seguridad de su despacho e involucrándose en la investigación de un modo más
directo.[3].
En el caso que nos ocupa, “Emma Zunz” tendría una
estructura policial atípica, con algunos elementos de ambas vertientes, el
clásico y el negro. El autor posiciona al lector para que actúe a la manera del investigador.
Para eso, le va presentando indicios en forma paulatina. Parece haber cierta complicidad con el
lector, ya que el narrador le va contando en forma pormenorizada las acciones
de Emma en pos de vengar la muerte de su padre.
La figura del policía coincide con
las fuerzas policiales que, inferimos, están del otro lado de la línea cuando,
una vez cometido el asesinato, Emma narra por teléfono la versión ensayada a
modo de explicación de los hechos.
El rol del delincuente podría
dividirse en dos, porque dos son las historias que cuenta este relato: en una,
la que se le confía al lector, es la propia Emma Zunz:
Emma ya había
sacado del cajón el pesado revólver. Apretó el gatillo dos veces. El
considerable cuerpo se desplomó como si los estampidos y el humo lo hubieran
roto, el vaso de agua se rompió, la cara la miró con asombro y cólera, la boca
de la cara la injurió en español y en ídisch. [4].
En
la otra historia, la que Emma arma para la policía, el delincuente es
Loewenthal:
Luego tomó el
teléfono y repitió lo que tantas veces repetiría, con esas y con otras
palabras: Ha ocurrido una cosa que es increíble... El señor Loewenthal me hizo
venir con el pretexto de la huelga... Abusó de mí, lo maté...
[5].
El
asesinato no sólo queda totalmente expuesto, si no que su móvil está desviado y
la culpabilidad proyectada a Loewenthal. Al decir de Josefina Ludmer, Emma
comete “el delito de la verdad” que consiste en “un enunciado idéntico
al verdadero y legítimo, pero puesto en otro lugar, tiempo y nombre que les son
legítimos.” [6].
Siguiendo
con las pautas presentes en la estructura policial, observamos que Emma borra
la huella que la incrimina (rompe la carta llegada desde Brasil) y fabrica otra
que la favorecerá (el acto sexual con el marinero). A través de la construcción
y ejecución de estas acciones puntuales, Emma Zunz cambia la historia y
modifica lo sucedido de modo tal que le sirva como evidencia para probar el
abuso de Loewenthal.
Durante
el episodio con el marinero nórdico —pasaje de una riqueza psicológica cuyo
análisis, aunque tentador, transgrede los límites de este trabajo—, Emma pone
su cuerpo al servicio de vengar la muerte del padre. Siguiendo la estructura
del policial negro, podríamos afirmar que la protagonista toma el rol activo
que esta vertiente del género reserva al investigador. En dicho acto Emma Zunz
se castiga por el crimen que cometerá. La ley no podrá castigarla dado que ella
misma lo ha hecho, aceptando dinero a cambio de sexo: “Emma inició la
acusación que había preparado («He vengado a mi padre y no me podrán
castigar...»).” [7]. Resulta
curioso el dato de que el título alternativo que Borges había ideado para este
relato fuera “El castigo”. [8].
Ricardo
Piglia sostiene que un relato siempre cuenta dos historias. [9]. En el mismo sentido, Nicolás Rosa
afirma: “Nos enfrentamos a una doble textualidad que responde a una
teoría del relato laberíntico: un argumento notorio debe ocultar siempre un
argumento secreto que debe descubrirse progresivamente.” [10]. En “Emma Zunz” tenemos, por
un lado, la historia expuesta que detalla las acciones de Emma para encubrir el
crimen que le permite vengar la muerte de su padre; y, por otro, la historia
velada de la acusación de desfalco hecha al padre de Emma, Manuel Maier o
Emmanuel Zunz.
En
la primera parte asistimos al planteo de la historia secreta. Estructurada como
una enumeración de recuerdos, resulta bastante fácil no prestarle la atención
suficiente:
Recordó veraneos en una chacra, cerca de Gualeguay,
recordó (trató de recordar) a su madre, recordó la casita de Lanús que les
remataron, recordó los amarillos losanges de una ventana, recordó el auto de
prisión, el oprobio, recordó los anónimos con el suelto sobre «el desfalco del
cajero», recordó (pero eso jamás lo olvidaba) que su padre, la última noche, le
había jurado que el ladrón era Loewenthal.[11].
En
“Emma Zunz” la historia no juega con la interpretación del lector como sí
ocurre en otros relatos de Borges; al contrario, el narrador devela las
acciones que incriminan a Emma y su planteo de coartadas. Al tratarse de un
cuento breve la resolución no demora en llegar. Esto supondría para el lector
por un lado, una cuota menor de tensión a la que conllevan otros relatos
borgeanos; por otro, la necesidad impostergable de leer el relato varias veces
para captarlo en todos sus detalles y construir la trama secreta de modo tal
que no queden “cabos sueltos”.
Conclusiones
En este trabajo hicimos un recorrido
donde detallamos los siguientes elementos:
§ Vimos cómo en “Emma Zunz”,
a diferencia del policial tradicional, el asesinato está expuesto y no oculto.
§ Analizamos cómo están
distribuidos los roles de investigador, policía y delincuente pautados por el
policial clásico.
§ Observamos que según el
modelo estudiado del policial negro, la protagonista del relato toma el rol
activo que ese género reserva al investigador.
§ Examinamos el modo en que
el autor arma las dos historias, develando una y construyendo en secreto
la otra.
El estudio de estos elementos arrojaría como conclusión que “Emma Zunz” contiene elementos de la estructura del género policial clásico y del policial negro. Si tuviéramos que ensayar un nuevo nombre para denominar el relato, podríamos arriesgarnos llamándolo un policial moderno, término que incluiría ambas vertientes antes citadas.
Bibliografía utilizada
Borges, Jorge Luis, “Emma Zunz”, en: El Aleph, Emecé Editores, Buenos Aires, 2005
____________,
en: “Los laberintos policiales y Chesterton”, Jorge Luis Borges en Sur, Emecé,
Buenos Aires, 1999.
Ludmer,
Josefina, "Mujeres que matan", en: El cuerpo del delito, un manual.
Perfil Libros, Buenos Aires, 1999.
Piglia,
Ricardo, “Nueva tesis sobre el cuento”, en: Formas Breves, Temas grupo
editorial, Buenos Aires, 1999.
Porinsky
Rebecca, “True Lies: Metaphysical games in Borges’ “Emma Zunz” en Winsconsin
Lutheran College [publicación en línea] [Fecha de acceso: 17 de abril de 2011].
Rosa
Nicolás, “Borges o la ficción laberíntica”, en: Nueva literatura
latinoamericana, tomo II. Compilación de Laforgue. Buenos Aires, Editorial
Paidós, 1974.
Bibliografía consultada
Jitrik
Noé, “Estrutura e significado em Ficciones de Jorge Luis Borges” en: RIBEIRO
COELHO, Haydée y FRANÇA, Júnia Lessa (Org.). América Latina no suplemento
literário do Minas Gerais 1967-1975 (Crítica Literária). Belo Horizonte: ed.
UFMG, 2009. p. 87-89. Traducción al español: Fernando Bogado.
Lira
Coronado, Sergio René. “Incertidumbres en “Emma Zunz” en Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla, Escritos, Revista del Centro de Ciencias del Lenguaje,
Número 3/4, Enero-diciembre 1988. [Publicación en línea]
Parodi
Cristina, “Borges y la subversión del modelo policial”, archivo digital.
[1] Borges, Jorge Luis, en: “Los laberintos
policiales y Chesterton”, Jorge Luis Borges en Sur,
Emecé, Buenos Aires, 1999.
[2] Fuente: materia Teoría y Análisis Literario,
Cátedra Panesi, Comisión Fernando Bogado, 1º cuatrimestre 2011. Apuntes
personales.
[3] Fuente: materia Teoría y Análisis Literario,
Cátedra Panesi, Teórico JP, Abril de 2011. Apuntes personales.
[6] Ludmer, Josefina, "Mujeres que
matan", en: El cuerpo del delito, un manual. Perfil Libros,
Buenos
Aires, 1999.
[8] Porinsky Rebecca, “True Lies: Metaphysical
games in Borges’ “Emma Zunz” en Winsconsin Lutheran College [publicación en
línea]. [Fecha de acceso: 17 de abril de 2011].
[9] Piglia, Ricardo, “Tesis sobre el cuento”, en: Formas
Breves, Temas grupo editorial, Buenos Aires, 1999.
[10] Rosa Nicolás, “Borges o la ficción
laberíntica”, en: Nueva literatura latinoamericana, tomo II. Compilación de
Laforgue. Buenos Aires, Editorial Paidós, 1974, p. 159.
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Uno de los mejores análisis que he leído sobre Emma Zunz. ¡Felicitaciones!
ResponderBorrarMuy bueno. Gracias por compartir.
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