Foto: Daniel Mordzinski
Graciela Aráoz | Una mujer llora en la cocina...
Una mujer llora en la cocina. Detrás
del olor a locro.
Macera la carne con limón
y con su inefable tristeza.
Las lágrimas caen en la espuma de leche
que se derrama hasta la indolencia.
El aire se vuelve tan oleoso que debería irse
y apagar el día.
En la cocina una mujer se parte viva,
se corta los dedos, desangra.
El dedo va a la boca.
El dolor está detrás
del hilo dormido que se secó en el vientre,
detrás de aquel humo que se llevó el después.
Siempre y detrás de todo.
Cuando los olores se mezclan
ella destapa las cacerolas.
Es la única que se queda enjuagando el día
hasta que vuelva a ser.
Una mujer en la cocina.
Graciela Aráoz (Villa Mercedes, San Luis), Diabla. Último Reino. Buenos Aires. 2016.
Extrema alegoría para representar metafóricamente el mundo del dolor psíquico de una mujer, herida que late en su ser y que tal vez nunca deje de inscribirse en ese universo cotidiano que no deja ver.
ResponderBorrarMe identifica con mi rutina ,es mi lugar cotidiano y ecpreso mis emociones...
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