Eugenia Cabral | La voz más distante
Claroscuro
Doncella oscura,
pliegue de cortinaje
más leve que la sombra
que desearía sostenerte
porque, al menos,
ella es una sombra,
una memoria
de perdido destello
y hasta -quizás-
ocultamiento de una luz.
Pero la ausencia que tiene
tu cuerpo es un destino,
bella sombra esclavizada
al rey que te abandona
(cada día) por una amante
que ni siquiera posee
la oscuridad de tu voz.
/
Tantas veces has creído
que no volverías a ver la luz del día,
que no remontarías la punta de tu dedo
fuera del borde de la ventana
y, ahora, como si nadie te mirase,
encuentras -demorados en el patio-
la brevedad de la tarde, el cansancio
y la huella de salitre que ha calado las paredes.
Sin embargo, no es coherente,
¡si estás muy lejos del mar,
de los salitres, de toda salina!
¿De qué manera el salobral
podría carcomer los revoques de tu casa,
las punteras de tus zapatos?
Mas, aunque dudes, ahí estás,
comprobando la improbable huella,
el salivazo despiadado
de una sal que no escogiste.
Eugenia Cabral (Córdoba, 1954), La voz más distante. Pan Comido. Córdoba. 2015.
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